La comida deliciosa. Pedimos entrantes para compartir (nachos y patatas) y platos individuales (huevos rotos, pizza y hamburguesas). Estaba todo estupendísimo y buenisimo.
El servicio bueno, habia una chica de mañana que era maravillosa, muy graciosa y profesional, pero la noche del fin de semana habia un camarero que parecia un poco perdido, pero por lo demás, todo bien.
Hay algunos platos para celiacos, asi que mucho mejor.

El local es grande y tiene un toque exótico en su decoración que transite en algunas de sus opciones del menú.
Me gustó la amplitud y variedad de espacio (barra para esperar, mesas convencionales, mesas con sofás y terraza exterior).

El servicio fue rápido y fluido, tanto para acomodarnos, tomar nota o servir los diferentes platos. Muy amables y atentos en todo momento.

La comida estaba muy buena y con matices que le daban un toque diferente, elegimos una ensalada para compartir y un par de hamburguesas llamativas de la carta pidiendo a la camarera un poco de orientación y fue todo un acierto. El toque lo dieron los postres de fabricación caseras por un obrador externo, estaban espectaculares.

La calidad-precio estaba bien, no se iba mucho de precio teniendo en cuenta que es algo diferente y en un barrio en pleno auge en cuanto a restauración. Muy recomendable y desde luego para repetir.